La liberación de Martín
Tal vez fue la lluvia de invierno que afuera paseaba con flojera por el jardín, por el techo de la casa, por la calle vacía y por la mirada llena de fastidio de Martín, pudo haber sido la cara siempre enojada de su mujer o el estúpido diálogo de la telenovela en la televisión, quizás solo fue un cúmulo ya insoportable de situaciones diversas, la cosa es que a Martín le dieron ganas de salir a comprar cigarros. -.Voy por cigarros- le informó a su mujer, que sin despegar los ojos de la televisión solo atinó a gruñir. -Jumm- Cuando salió a la calle sin sombrero, sin abrigo y sin paraguas la lluvia le dio un abrazo frío que le hizo sentirse más vivo que el cuerpo rutinario de su mujer, el aire nocturno olía a libertad y a decisión. Completamente empapado pero con una sonrisa inexplicable ingresó al agradable calor del oxxo que continuamente visitaba, esta vez ni siquiera la siempre acosadora mirada del empleado homosexual le molestó, su sonrisa continuó imperturbable, en ese mismo momen